Resumimos en un decálogo las directrices más
significativas para la buena práctica docente con alumnado con altas
capacidades:
1. Realiza una buena evaluación inicial a
comienzo de curso. Esto te permitirá conocer el nivel competencial de tu
alumnado.
2. Ajusta tus expectativas sobre el alumnado
con altas capacidades. A veces se
confunden o les cuesta una determinada tarea y pueden tener reacciones propias
de su edad.
3. Utiliza siempre que puedas materiales y
actividades intelectualmente estimulantes, que hagan pensar: es mejor
clasificar que identificar, comparar que enumerar…
4. Prepara materiales diversos de ampliación
para aquellos alumnos que terminan pronto las tareas y facilita el acceso a
todo el alumnado que, en un momento dado lo necesite. Permite al alumnado
elegir el material con el que quiera trabajar.
5. Ofrece a tus discentes actividades
equilibradas, que les permitan tanto desarrollar sus puntos fuertes como
mejorar los más débiles.
6. Permite que tus alumnos muestren lo que
saben y respondan a las preguntas que haces a la clase en general. Cuando
quieras que alguien en concreto responda, utiliza la nominación.
7. Sé flexible con las tareas más mecánicas y
monótonas. Algunos alumnos con altas capacidades necesitan poco entrenamiento.
8. Plantea agrupamientos diversos: los
discentes con altas capacidades pueden ayudar a sus compañeros de forma eficaz
pero también necesitan a veces estar con quienes comparten sus intereses y
forma de trabajar.
9. Acepta con naturalidad que, en determinadas
cuestiones, un alumno pueda saber más que tú o ser más rápido en hallar una
respuesta.
10. Mantén una comunicación fluida y efectiva
con las familias. Ayúdales a entender a su hijo/a y sus necesidades.
Decálogo de
prácticas docentes a evitar
1. No te limites a seguir la programación o
el libro de texto de tu curso. Puede que no tenga demasiado que ver con las
necesidades reales de tu alumnado.
2. No esperes de tus alumnos con altas
capacidades siempre todas las respuestas correctas ni un comportamiento maduro
y racional.
3. Evita las actividades demasiado
repetitivas, que se pueden realizar sin esfuerzo mental.
4. No “castigues-premies” a los alumnos que
terminan pronto sus tareas con “más de lo mismo”.
5. No pongas el acento en los puntos débiles
de tu alumnado. Sólo conseguirás desmotivarles.
6. No “vetes” a ninguno de tus alumnos con
frases como: “tú no, que ya sé que lo sabes”.
7. No impongas a toda la clase un número muy
elevado de actividades repetitivas. Intenta que cada uno realice las que
necesita para desarrollar la competencia.
8. Evita las actividades que fomentan la
competitividad y el lucimiento personal sin beneficio para el grupo.
9. No utilices a los alumnos con altas
capacidades como “ayudantes” de forma sistemática. Ellos también van a la
escuela a aprender.
10. No veas a las familias como un
obstáculo. Su demanda hacia la escuela está originada por el deseo de dar a sus
hijos lo mejor.
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