En 1986 Castelló pretendía
operativizar el objeto de estudio de la superdotación, para lo que propuso como
criterios fundamentales para su definición.
- Dependencia del contexto y necesidades sociales.
- Importancia de la producción.
- Ponderación de factores implicados.
- Diferenciación cualitativa entre superdotado y talentoso en cuanto a características internas y potencial de producción.
- Capacidad de medición de las características.
De esta forma nos encontramos
con dos grupos de individuos excepcionales. El primero, formado por los
superdotados, que son los verdaderamente excepcionales intelectuales, en el
sentido de que disponen de un conjunto de características que garantizan un
alto nivel de funcionamiento de toda la estructura del intelecto. El segundo
grupo lo constituyen los talentosos, que se caracterizan por rendimientos
parciales extraordinarios en algún factor de la mencionada estructura o en
otras áreas no estrictamente intelectuales.
El grupo de talentosos dependerá
directamente de los valores sociales predominantes en un momento dado, ya que
pueden existir sujetos con habilidades excepcionales que no gocen de suficiente
utilidad o interés socio-cultural, por lo que pasen desapercibidos.
Más tarde, Castelló y Batlle
(1998) proponen un protocolo de identificación que se extrae de dos
instrumentos de medida ya elaborados y baremados como son la BADyG (Batería de
Aptitudes Diferenciales y Generales; Yuste, 1989) y el Test de pensamiento
creativo de Torrance (Torrance Test of Creative Thinking, TTCT, 1974). Dicho
protocolo permite diferenciar las distintas formas en las que se puede
manifestar la alta habilidad: superdotación, talento académico, talento
figurativo, talento artístico figurativo, talento verbal, talento numérico,
talento espacial y talento creativo. Esta propuesta trata de cubrir las dos
principales problemáticas relacionadas con la identificación, tanto de la
superdotación como del talento, que son: por un lado, la baja congruencia entre
los criterios teóricos y los procedimientos de identificación y, por otro, la
frecuente confusión terminológica en el uso de conceptos referidos a la alta
habilidad (superdotación, talento, precocidad, etc.) Una concreción de este
modelo, al igual que la desarrollada en la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia, son las experiencias que se han llevado a cabo en las Palmas de Gran
Canaria (Artíles et al., 2003; Artiles y Jiménez, 2005b).
Este modelo nos permite
identificar alumnos superdotados y también talentosos, según la siguiente
tipología: a) alumnos que muestren talentos simples o específicos (referidos a
una sol variable); b) alumnos que manifiesten talentos múltiples (referidos a
varias variables conjuntas); c) alumnos que muestren talentos complejos
(referidos a varias variables conjuntas), dentro de los cuales podemos
encontrar, el talento académico, talento figurativo y talento
artístico-figurativo; y d) alumnos que presentan talentos conglomerados en los
que nos podemos encontrar la combinación de la configuración intelectual del
talento académico, figurativo y/o artístico-figurativo con el talento simple o
múltiple.
La configuración intelectual en
el caso del talento simple se corresponde con un percentil de 95 o superior en
una sola aptitud específica (como, por ejemplo, un talento verbal, un talento
matemático, un talento espacial, un talento creativo o un talento lógico).
También podemos encontrar un
talento múltiple que presenta un perfil intelectual en el que son varias las
aptitudes específicas que se situarían en un percentil de 95 o por encima.
El talento complejo es aquel
que está constituido por la combinación de varias aptitudes específicas que
puntúan 80 o por encima del percentil 80. Dentro de esta categoría nos podemos
encontrar con: a) el talento académico que resulta de la combinación de
razonamiento verbal, razonamiento lógico y memoria; b) el talento figurativo
que resulta de la combinación de razonamiento lógico y espacial, y c) el
talento figurativo-artístico que a la combinación del talento figurativo le
incluye la creatividad.
Por último, en el talento
conglomerado podemos encontrar diversos perfiles intelectuales, podría ser
considerado como conglomerado al talento que resulta de la combinación de un
talento académico con una o varias aptitudes específicas, también el resultante
de un talento figurativo con una o varias aptitudes específicas, o cuando en un
perfil encontramos un talento figurativo en combinación con un talento
académico y varias aptitudes específicas.
Configuración
cognitiva de talentos y superdotado.
A continuación detallamos los
criterios de identificación de alumnos/as superdotados y cada uno de los tipos
de talento que propone Castelló.
Superdotación.
La configuración cognitiva de
la superdotación se caracteriza por la disposición de un nivel bastante elevado
de recursos de todas las aptitudes intelectuales. La evolución de la
superdotación es lenta y compleja, siendo difícil que se manifiesten los
procesos e interacciones más sofisticados antes del final de la adolescencia. A
pesar de ello, las aptitudes básicas, tal y como se miden a través de los tests
de inteligencia, se pueden evaluar a partir de los 12 años. La inteligencia
social, motriz o emocional también forma parte de la superdotación. Éstas
deberían ser evaluados con tests apropiados (Castelló, 2002).
La evaluación y el diagnóstico
del alumno superdotado se deben hacer con una batería de aptitudes más una
medida de la creatividad. Las variables que hace falta incluir son : aptitud
verbal, numérica, espacial o figurativa, razonamiento lógico y creativo y
gestión de memoria. Si la batería que se utiliza no incluyera la gestión de
memoria, esta variable puede ser valorada con tets de memoria a largo plazo.
Para confirmar el diagnóstico hace falta lograr un percentil 75 o superior en
todas las áreas: razonamiento verbal, razonamiento numérico, espacial,
creatividad, razonamiento lógico y memoria.
El perfil del superdotado se
caracteriza por su gran flexibilidad, lo que significa una buena aptitud para
tratar con cualquier tipo de información o manera de procesarla. Suelen ser
alumnos que disfrutan con situaciones complejas, que exigen utilizar recursos
diferentes de manera simultánea. No debe sorprender que estos alumnos no
alcancen un rendimiento muy alto en las tareas escolares pero sus resultados,
en general, suelen ser satisfactorios. La identificación un tanto informal que
hacen los profesores suele referirse a los discretos rendimientos, pero a su
gran curiosidad para plantear el “por que” sobre las cosas, a referirse a “qué
pasaría si…”, sin reparar demasiado en almacenar información o centrarse en
detalles o datos concretos. Debido a que también disponen de una cierta
inteligencia social y emocional, raras veces tienen complicaciones importantes
en su interacción con sus compañeros. Aunque presentan un comportamiento
independiente y suelen seguir sus propios criterios.
No suelen presentar problemas
serios en el aula. Pero, su excepcionalidad cognitiva, puede conducirles a
niveles muy discretos de motivación, lo que lleva a aburrirse en clase y
rechazar las actividades del gran grupo. Por ello, hay que contemplar que el
aprovechamiento de los aprendizajes es muy limitado, en proporción con el que
podrían lograr.
Talento
matemático.
Las personas con este tipo de
talento se caracterizan por disponer de elevados recursos de representación y
manipulación de informaciones que se muestran en la modalidad cuantitativa y/o
numérica. Suelen representar cuantitativamente todo tipo de información, bien
sea matemática o de otro tipo. Las
personas que poseen un buen razonamiento matemático disfrutan especialmente con
la magia de los números y sus combinaciones, son personas capaces de encontrar
y establecer relaciones entre objetos que otros no suelen encontrar. La
eficacia de estas personas suele ser algo irregular, resulta muy elevada en
aquellas áreas en las que predomina la información cuantitativa, mientras que
suele ser discreta cuando predominas la actividad verbal.
La evaluación y el diagnóstico
se pueden realizar mediante subescalas de aptitud numérica y se deben completar
con otras tareas de razonamiento matemático. El alumno con talento matemático
ha de obtener un percentil igual o superior a 95 en las escalas que valoran el
razonamiento matemático.
La representación cuantitativa
de la información y los intereses que se derivan no suelen ser procedimientos
muy eficaces de socialización.
Los posibles problemas de estos
talentos pueden darse en la motivación, pues son alumnos a los que su gran
preferencia por las tareas matemáticas, les lleva a despreciar y rechazar las
otras tareas escolares. La intervención para el talento matemático debería
centrase en lo siguiente: la ampliación de tareas y contenidos en materias de
tipo cuantitativo, en la misma línea que los talentos académicos; la
compensación de las áreas y recursos mal utilizados, en este sentido hay que
restaurar la motivación y el nivel de rendimiento; y el entrenamiento de
habilidades comunicativas y de interacción social.
Talento lógico.
En el caso del talento lógico,
la configuración cognitiva es muy parecida a la del talento creativo, pero la
funcionalidad que hace de sus recursos es mucho más elevada, puesto que
influyen tanto parámetros culturales como escolares. Las subescalas de
razonamiento lógico son instrumentos adecuados para valorar su potencial. Cabe
esperar una puntuación igual o superior al percentil 95.
Respecto a las situaciones
académicas hay que decir que tendrá el éxito asegurado siempre que las
actividades exijan utilizar los procesos del razonamiento deductivo o
inductivo, los silogismos y, por supuesto, la manipulación de conceptos
abstractos que requieran una definición precisa. Suelen rechazar las
situaciones muy ambiguas o abiertas, de manera que a veces suelen manifestar
una cierta rigidez. Cuando tiene que aplicar normas o criterios, dicha rigidez
dificultad su interacción social. Académicamente no suelen presentar ningún
problema importante, pero las dificultades las encuentran en la interacción con
sus compañeros, precisamente por el rigor que tienen para aplicar normas y
reglas.
De la intervención que precisa
este tipo de talento hay que decir que se deberían trabajar los procesos de
socialización, procurando incidir en la flexibilización de sus patrones o
modelos de conducta y en la inclusión de otros valores en la representación de
las personas, más allá del razonamiento.
Talento social.
Se caracteriza por disponer de
amplios recursos de codificación y toma de decisiones referidos al
procesamiento de la información social. El rasgo más característico de las
personas con inteligencia social es su habilidad para interactuar con sus
compañeros y adultos. El talento social tiene una capacidad especial para
ayudar a que un grupo alcance sus objetivos y mejore sus relaciones humanas.
Sobre la evaluación y
diagnóstico, no existen pruebas formales para evaluar este tipo de talento. Sin
embargo, sí podemos valorarlo mediante los cuestionarios existentes sobre
inteligencia emocional, que comprenden tareas de habilidades sociales y donde
los perfiles de liderazgo pueden ser muy útiles para valorar un posible talento
social. Para los niños pequeños, Gardner y sus colaboradores han dispuesto unas
tareas dentro de su Proyecto Spectrum, orientadas a valorar la Inteligencia
Inter e Intrapersonal Gardner, Feldman y Krechewsky 1998).
Un rasgo esencial es la
facilidad que demuestran para interactuar con sus compañeros y adultos.
Muestran mucha flexibilidad para ajustar su vocabulario y comportamiento al de
los demás y perciben con cierta facilidad las normas y reglas de cada grupo
social. Su socialización es buena y suelen manifestarse como líderes. Por ello,
esa buena socialización puede ser un aliciente para lograr excelentes
resultados en sus aprendizajes. Ahora bien, pueden presentar posibles problemas
en el aula, como por ejemplo, movilizar y liderar al grupo de clase o a algún
compañero contra el profesorado o incluso contra algún colega dentro del aula.
No obstante, suelen ser situaciones muy excepcionales, pero que el profesor
debe considerar.
Talento creativo.
Este tipo de talento es simple,
en la medida en la que predomina una gran capacidad para la innovación. Los
talentos creativos son aquellos cuyo funcionamiento cognitivo manifiesta poca
linealidad, suelen tener una gran capacidad para explorar las diferentes
alternativas, para resolver problemas, su pensamiento es dinámico y flexible y
su organización mental es poco sistemática. Cabe esperar que la creatividad no
esté únicamente asociada a la producción artística, sino que es un recurso de
uso general, de la misma manera que sucede con la lógica.
Para la evaluación y el
diagnóstico de este tipo de talento se utilizan los tests de creatividad. Hay
que esperar un percentil mínimo de 95. Preferentemente las escalas que no
exijan lenguaje son una alternativa menos sesgada para valorar la creatividad.
Respecto a las implicaciones educativas hay que decir que estos alumnos suelen
manifestar comportamientos muy variados y, con cierta frecuencia, son
diferentes a los considerados como normales. Por ejemplo, no es extraño que los
profesores y los mismos padres digan que son traviesos o hiperactivos. Esto
hace que presenten, a veces, dificultades de atención y concentración. Su
pensamiento es creativo, que aún siendo muy importante para la actividad
profesional, no suele ser eficaz dentro del medio escolar, actuando más bien
como un obstáculo. Por tanto, los bajos rendimientos académicos suelen ser con
frecuencia un rasgo característico de este tipo de talentos. Su pensamiento
creativo les sirve para tener una gran socialización con sus compañeros. Uno de
los problemas que suelen tener en la escuela se refiere a la manera de
procesar, organizar y representar la información, pues lo hacen mediante procedimientos
no demasiado escolares, puesto que ellos no utilizan los procesos de
razonamiento lógico-lineal, que son los que apoya la escuela, por lo que su
pensamiento lateral les juega malas pasadas.
Talento verbal.
Las personas con talento verbal
son aquéllas que muestran una extraordinaria inteligencia lingüística, que se
concreta en una gran capacidad para utilizar con claridad las habilidades
relacionadas con el lenguaje oral y escrito. Saben escuchar y comprender. El
buen dominio que tienen de los instrumentos lingüísticos, favorece su
rendimiento escolar.
La evaluación de este tipo de
talento se puede hacer con escalas de aptitud verbal. Se suele recomendar
utilizar varias para garantizar una exploración completa. El punto de corte se
sitúa en el percentil 95.
Respecto a las implicaciones
educativas hay que decir que como la mayor parte de la información escolar se
presenta en un formato verbal, estos talentos obtienen un buen rendimiento
académico. Su interacción social suele ser buena. No suelen manifestar
problemas de aprendizaje ni de socialización, aunque en las áreas donde pueda
existir alguna descompensación, puede aparecer algún tipo de problemas. En las
áreas de matemáticas o plástica, donde la forma de representación de la
información es diferente, podrían aparecer ciertas dificultades. La
intervención en estas personas hay que centrarla en ayudar a complementar la
representación verbal con otras formas de codificación. También suelen dar muy
buenos resultados los trabajos que exigen obtener información de diferentes
fuentes documentales y de manera autónoma.
Talento
académico.
Es un tipo de talento complejo
en el cual se combinan recursos elevados de tipo verbal, lógico y de gestión de
la memoria. Los talentos académicos manifiestan una gran capacidad para
almacenar y recuperar cualquier tipo de información que se pueda expresar
verbalmente, suelen tener además una buena organización lógica. Las funciones
que manifiestan los talentos académicos son idóneas para los aprendizajes
formales. Suelen trabajar bien con tareas verbales, numéricas, espaciales, de
memoria y razonamiento, consideradas todas ellas capacidades mentales
primarias, necesarias para lograr el éxito académico.
Las implicaciones educativas
del talento académico implican presentarle actividades que tengan cierta lógica
interna y contenidos verbales. Los talentos académicos suelen obtener
rendimientos muy elevados en la escuela, tienen facilidad en cualquier ámbito,
lo que redunda en su alto rendimiento escolar. Suelen obtener información de
diferentes fuentes estructuradas (escuela, ambiente, televisión, prensa,
soportes informáticos, etc.) de forma autónoma, información que rentabilizan
bien. El bagaje de conocimientos y vocabulario que poseen es mucho más extenso
que el de las personas de la misma edad e incluso que los adultos. No resulta
extraño que los contenidos del currículo ordinario de un determinado curso ya
estén, en su mayor parte, alcanzados por
estas personas, antes de comenzar las clases.
Algunos problemas que pudieran
tener los talentos académicos podrían resumirse de la siguiente manera: a)
tendencia al aburrimiento en el aula, dado que suelen utilizar mucha
información y aprenden a un ritmo muy rápido los nuevos contenidos, el ritmo de
aprendizaje en el aula y los contenidos ordinarios suelen ser poco motivadores;
b) el vocabulario rico y extenso que manejan, junto con los intereses que son
más amplios y diferentes a los de los compañeros, hace que la comunicación e
interacción social del talento académico se haga difícil; c) los resultados
académicos tan brillantes que obtienen suelen llevarles a tener una sobre
autoestima y, por consiguiente, actitudes despectivas hacia sus compañeros; y
d) la facilidad para el aprendizaje suele dificultar la consolidación de
hábitos de trabajo y estudio. Estos hábitos no se echan en falta durante los
primeros cursos, pero se van constatando a medida que se avanza en el sistema
escolar.
Talento
artístico-figurativo.
La configuración intelectual
que subyace en el talento artístico se fundamenta en la aptitud espacial, el
razonamiento lógico y el creativo. Es propio de los individuos que manifiestan
una gran capacidad para percibir imágenes internas y externas, transformarlas,
modificarlas y descifrar la información gráfica. No todos los alumnos que
muestran capacidades visuales exhiben las mismas habilidades. El talento
artístico-figurativo, al igual que el académico, es un talento complejo en el
cual la interacción de esas habilidades resulta crítica.
La evaluación de las distintas
aptitudes se debe realizar mediante diversas actividades y escalas de tipo
figurativo o espacial, de razonamiento lógico y tests específicos de
creatividad. Un percentil superior a 80 resulta un buen punto de corte. No hay
que olvidar que la producción artística puede manifestarse en diversos campos
como la pintura, la escultura, la fotografía o el diseño. A la hora de valorar
los productos, es necesario contar además con las destrezas de ejecución o de
utilización de los instrumentos. Las implicaciones educativas para el talento
artístico-figurativo hay que buscarlas en el ámbito extracurricular. Se puede
implicar al niño en el taller de un pintor, o bien en la escuela de bellas
artes o en cualquier actividad que, por lo general, se realiza fuera del aula y
del contexto escolar, por tanto, exige flexibilización curricular y motiva
mucho al alumno.
El principal problema que puede
tener este tipo de talento es el motivacional. El talento artístico-figurativo
tiene recursos cognitivos suficientes para lograr un buen aprendizaje, aunque
discreto, porque sus intereses y motivaciones están fuera de la escuela.
Precocidad.
El niño precoz es aquél que
presenta un ritmo de aprendizaje y desarrollo a unos niveles superiores a los
compañeros de la misma edad. Son alumnos con mayores recursos intelectuales que
sus compañeros del aula ordinaria. Sin embargo, cuando su maduración se ha
acabado, su capacidad intelectual es normal. La precocidad es más llamativa
cuando el niño es más joven.
La evaluación del niño precoz
debería hacerse con pruebas convencionales de CI o bien con tests de aptitudes.
Los resultados de cualquier test utilizado, deben ser superiores que los
esperados para los niños de su edad. Hay que decir que las implicaciones
educativas hay que orientarlas de la misma forma que para el talento académico
o talentos específicos, porque sus rendimientos son superiores a los de sus
compañeros. Sin embargo, hay que prestar atención a la maduración emocional,
porque ésta no necesariamente tiene que seguir el mismo ritmo que la cognitiva.
Suele ser frecuente la disincronía intelectual en el caso de la precocidad
intelectual.
Las dificultades con que pueden
encontrarse los niños precoces es parecida a la que se ha descrito en el
apartado correspondiente al talento académico (se aburren en clase, presentan
dificultades de interacción social y autoestima), además de problemas de
frustración y de autoimagen al finalizar su maduración.
Finalizaremos la exposición del
modelo que propone el profesor Castelló añadiendo que se concibe al superdotado
como aquel individuo que puede manifestar un rendimiento intelectual superior,
gracias a la posesión de unas aptitudes superiores implicadas en el rendimiento
mental. Además, se trata de un sujeto que manifiesta ciertas aptitudes o
combinaciones de las mismas, distintas a las que se pueden detectar en el grupo
normal.
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